26 marzo 2018

Una despedida sin drama


“Me quito la vida esta noche”, esta es la demoledora frase que ninguna madre desearía escuchar de su hija.Y es a partir de esta sentencia de muerte cuando comienza a desarrollarse una historia que te deja sin aliento.

Sissy Spacek es epiléptica y esto le impide conservar algún trabajo, su hijo es drogadicto y arrastra un matrimonio fracasado. Le confiesa a su madre, Anne Bancroft, que esa misma noche antes de acostarse piensa suicidarse. Con total normalidad le cuenta esto y le hace saber lo cansada que está de la vida.




Buenas noches, madre’ centra todo el peso de la acción en la actuación de sus dos actrices protagonistas Sissy Spacek (Jessie, la hija) y Anne Bancroft (Thelma, la madre). Todo transcurre en una sola noche con dos intérpretes espectaculares que llenan la pantalla con solo mirarse. Lo que hace que la película sea tan impactante es su guion, hay conversaciones entre madre e hija muy de verdad. Igual que ocurre en la vida, lo más surrealista se convierte en algo verdaderamente creíble. 


Una de las escenas que más me ha impactado es una en la que la madre parece aceptar por unos segundos la decisión de su hija de suicidarse y como si estuviese en otra dimensión, muy alejada de su cuerpo, habla de cosas tan absurdas como la ropa que llevaría al funeral o las conversaciones que allí tendría.Y es que a la hora de la verdad somos torpes en nuestras reacciones, nada de frases profundas en el momento adecuado que acaban con un abrazo y un final feliz. 


Buenas noches, madre’ es la adaptación de una exitosa obra teatral de Marsha Norman, estrenada en Broadway por Anne Pitoniak y Kathy Bates, y representada en España por Concha Velasco y Mari Carrillo, entre otras.

Tom Moore, que ya había dirigido la versión teatral en Broadway estrenó la película en 1986 y creo que acertadamente pensó que su única tarea consistía en ofrecer una plataforma para las actrices. Tenía el guion y a esas dos insuperables intérpretes, no hacía falta más. 


Buenas noches, madre’ contaba con poco presupuesto, de hecho fue rodada como si fuera una obra de teatro. En ella poco importaba el espacio o lo que apareciera en plano, solo ellas. También he de decir que, en ocasiones, recuerda a un telefilm por lo poco cuidadas que están las imágenes. Pero insisto, eso poco importa.

Algunas de las preguntas que me hago al ver este film son, ¿realmente era necesario darle instrucciones a su madre sobre qué hacer después de su muerte?, ¿por qué obliga a su madre a ser conocedora de sus intenciones?, ¿la estaba castigando?, ¿esperaba de su madre esas palabras mágicas que le convencieran de lo contrario?, ¿necesitaba desahogarse esa última noche con su madre?, ¿pueden los pequeños detalles, esos a los que nadie da importancia pero te rompen por dentro, abocarte al deseo de que llegue el final?, ¿se puede “gestionar” un suicidio con tanta frialdad? 




Buenas noches, madre’ ofrece una visión auténtica del suicidio y la depresión, sin las florituras a las que estamos acostumbrados en otras películas que tratan esta temática. Si veis esta película, estoy segura de que no la olvidaréis fácilmente.