01 abril 2019

Recuerdos al estilo francés



Muchas de las críticas que he leído sobre esta película coinciden en destacar la habilidad del director para, al mismo tiempo, mostrar un gran pesimismo y esperanza. ¿No os parece que en realidad la vida es eso? Una mezcla continua de tristeza y fe en el futuro.

La trama de La casa junto al mar transcurre en Marsella, en un precioso y pintoresco entorno junto al mar. Angèle, Joseph y Armand vuelven a la casa de su anciano padre. Angèle es actriz y vive en París, y Joseph acaba de enamorarse de una chica mucho más joven. Armand es el único que se quedó en Marsella para llevar el pequeño restaurante que regentaba su padre. Es el momento de descubrir qué ha quedado de los ideales que les transmitió su progenitor, del mundo fraternal que construyó en este lugar mágico en torno a un restaurante para obreros. Pero la llegada de una patera a una cala vecina trastocará sus vidas. Hay una escena preciosa al final de la película en la que los tres hermanos, ya adultos, se reflejan en tres niños que refugian en su casa.






Esta película está dirigida por Robert Guédiguian, este autor se dio a conocer internacionalmente con Marius y Jeannette a finales de los noventa. De su etapa anterior, prácticamente desconocida para mí, el realizador utiliza parte del metraje de una cinta de 1985 titulada Ki lo sá? para ilustrar pasajes de juventud del trío protagonista de esta.

Treinta años después y varios trabajos luchando por la clase trabajadora, Guédiguian muestra su desencanto a través del de sus personajes frente a un mundo capitalizado en el que se han perdido los valores e ideales de antaño para dar paso a un egoísmo sin tregua.

Los mismos técnicos, guionistas e intérpretes acompañan al marsellés desde hace 30 años. También quiero hablar de su banda sonora, escrita por el hoy galardonado Alexandre Desplat. Una sintonía con una filmografía que no esquiva la pretensión de conectar con el público.





El nivel interpretativo del reparto de La casa junto al mar es excelente. Paro los que estén acostumbrados a ver cine francés seguro que reconocerán las caras de estos actores franceses de larga trayectoria profesional.

Me encanta este tipo de películas en las que se tocan asuntos familiares. Recuerdos del pasado que solo habían sido olvidados de manera superficial vuelven a aflorar con la misma intensidad de años atrás. En La casa junto al mar los adultos vuelven a ser niños y el tiempo parece retroceder. De eso van los reencuentros.

Recomiendo esta película. Creo que a veces llega el momento de descubrir qué ha quedado de los ideales que te movieron de pequeño y mirarte en un espejo para observar la imagen que te devuelve.

Hace falta valor para hacer esto.