01 marzo 2021

Trampa 22: Un libro de locos (o no)


Joseph Heller nació en 1923 en Brooklyn (Nueva York), en el seno de una familia judía de origen ruso. En 1941 ingresó en las fuerzas Aéreas estadounidenses, pilotando, durante la Segunda Guerra Mundial, un B-52 en la zona de Córcega. Él sabía de lo que hablaba al crear el contexto en el que transcurre la novela en la que hoy me adentro.


Heller se hizo mundialmente famoso con su primera novela, Trampa 22, publicada en 1961, en la que realizaba una crítica a la ética militar norteamericana coincidiendo con la Guerra de Vietnam. La novela se centra en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, en una escuadrilla de bombarderos del ejército estadounidense que se ve obligada continuamente a llevar a cabo las misiones más peligrosas en el frente italiano.
"La trampa 22 dice que siempre tienes que hacer lo que te dice tu oficial al mando".
Su segunda novela fue Algo ha pasado, continuada por Tan bueno como el oro, Dios sabe, Figúrate y La hora del recuerdo, una secuela del libro al que hoy dedico esta entrada. Heller también escribió guiones cinematográficos para películas como La pícara soltera o Casino Royale. En el año 1986 apareció su biografía No es como para reírse, obra coescrita con otro autor, y en 1998 volvió a escribir una autobiografía, ahora en solitario, llamada Now and then y, años después, de manera póstuma se publicó su última novela, Retrato del artista adolescente, viejo.


Esta obra es única, no sé si volveré a leer algo así. Es explosiva, implacable, subversiva, brillante. Trampa 22 es una novela que nos recuerda el terrible choque que existe entre nuestra lógica y la lógica siniestra de las normas militares, la implacable actitud de los que están un escalafón por encima de ti en la jerarquía laboral, la locura que intentamos que pase desapercibida, las decepciones y las mentiras, y todo ello a través de los personajes de esta historia.

“En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima”.

Es un clásico moderno absolutamente rompedor sobre el sinsentido de la guerra. Publicada originalmente en 1961, es una de las obras maestras más divertidas y celebradas de todos los tiempos y una piedra angular de la tradición literaria norteamericana, que le ha valido estar en las listas de los mejores libros del siglo XX.

“Ha decidido vivir para siempre o morir en el intento”.

El piloto John Yossarian, el protagonista de la novela, está obsesionado con la idea de no participar en ninguna incursión aérea más e intenta por todos los medios eludir las órdenes militares, y para ello, intenta aparentar que tiene graves problemas mentales para que lo lleven de vuelta a casa, pero cae en la «trampa 22»: una absurda y perversa regla militar que afirma que aquellos que alegan locura para no ir a la guerra son los más cuerdos. Y si estás cuerdo, estás sano, así que... ¡no le queda otra!

“Era un hombre hecho a sí mismo que no le debía a nadie su falta de éxito”.

El lector se sumergirá en una ráfaga de situaciones absurdas y diálogos delirantes que subrayan la estupidez de la guerra y del ser humano. Heller no solo descubrió "el lado gracioso" de la Segunda Guerra Mundial, sino que, ade
más, anticipó las horriblemente hilarantes alucinaciones de Vietnam. Todo un visionario.
“Lo importante es que sigan prestando juramento -le explicaba a su cohorte-. Da igual que se lo crean o no. Por eso les hacen prestar juramento a los niños aun antes de que sepan el significado de las palabras «juramento» y «fidelidad»".

Trampa 22 fue llevada a la gran pantalla en 1970, bajo la dirección de Mike Nichols, con Orson Welles y Anthony Perkins en los papeles protagonistas y ha sido recientemente adaptada como miniserie televisiva protagonizada por George Clooney y Christopher Abott.


Lo mejor sin duda es la intensidad de los diálogos. Como suele pasar lo aparentemente irracional nunca lo es tanto e incluso puedes encontrar sentido a ciertas partes. Esta obra constituye un modelo de humor negro y absurdo en la literatura estadounidense.

“-   Padece usted profundas angustias de supervivencia. Y no le gustan los fanáticos, los tiranos, los pedantes ni los hipócritas. Subconscientemente odia a muchas personas.

-     Conscientemente, señor, conscientemente... Los odio conscientemente”.

Los personajes es otro de sus puntos fuertes. Había un montón de pacientes, médicos y hasta curas en ese hospital, y por otra parte, también estaban los soldados, capitanes, comandantes, pilotos... Todos ellos con una personalidad bien definida, pero al mismo tiempo, contradictoria e inestable. Todo el mundo tiene su parte de locura y su parte de cordura.



Por otro lado, enfrentarse a un libro de más de 400 páginas, ahora que estamos tan acostumbrados al hipertexto, la lectura lineal, sin continuos saltos de un contenido a otro, nos resulta monótona, pero siempre he sido y seré una gran defensora del papel, y solo cuando no me quede otra opción me pasaré a otro tipo de formatos.

“¡No respeta en absoluto la autoridad excesiva ni las tradiciones obsoletas! ¡Es usted un elemento peligroso y depravado, y habría que fusilarlo!”.

La evolución psicológica de Yossarian refleja la aguda crítica que hace Joseph Heller de un patriotismo mal entendido, el cual exige sacrificios inadmisibles. Trampa 22 se convirtió en el libro de cabecera del movimiento pacifista de los años sesenta, seguramente esa fue su intención desde el principio a la hora de dar forma al libro. Heller aprovechando el argumento busca dar un mensaje concreto.


“En el mundo entero, a uno y otro lado de la línea de fuego, los chicos entregaban sus vidas por algo que, según les habían contado, era su patria. A nadie parecía importarle, y menos que a nadie a los chicos que entregaban sus jóvenes vidas”.

Dicen que no es meramente la mejor novela norteamericana que surgió de la Segunda Guerra Mundial, es la mejor novela norteamericana que ha surgido en años de cualquier lugar. Lo que vas a leer, si es que he logrado convencerte de que lo hagas, es un monumento al absurdo hecho de páginas y personajes.

"Estaba comprometiendo sus tradicionales derechos de libertad e independencia con la osadía de ejercerlos".