01 diciembre 2020

El mentiroso: Embusteros por todas partes


Mikel Santiago es un escritor nacido en Portugalete. Vivió en Italia y Holanda, y reside parte del año en Irlanda. Además de escribir, Santiago toca en un grupo de música rock. Comenzó escribiendo cuentos y relatos de misterio. El mentiroso es su quinta y última novela. Historias de suspense e intriga criminal en las que se puede ver la influencia de Stephen King, Agatha Christie o Edgar Allan Poe.

El libro comienza como una película de suspense y no puedes parar hasta llegar al final. El protagonista, Álex, se despierta junto a un muerto, no recuerda nada, y nos cuenta él la historia en primera persona. De ahí viene el interés, ¿es verdad lo que cuenta?, ¿es culpable o inocente?

Abro los ojos y ¿qué veo?
Una cara. Dos ojos negros, fijos, sin brillo.
Un hombre me mira, quieto, en el suelo.
¿Está muerto?

Los personajes están bien definidos, empezando por el protagonista Álex, su novia Erin Izarzelaia, el abuelo (aitite) Jon Garaikoa. Otros personajes son: Dana (la cuidadora del aitite), Txema Parra (actor, amigo y empleador del protagonista), Félix Arkarazo (escritor muerto).  

“En el salón, un fuego recién encendido cogía fuerza en la chimenea. El resplandor de una rodaja de luna se reflejaba en el mar y daban ganas de cenar en la terraza de madera, pero soplaba una brisa fría”.

También es valorable positivamente, el uso de los paisajes, su ambientación natural, en este caso la costa de Bizkaia. Santiago logra convertirla en otro de los personajes de El mentiroso. La novela está ambientada en Ilumbe, pequeño y ficticio pueblo costero del País Vasco. Según explica el propio autor, se ha inspirado en la marisma de Urdaibai, el faro de cabo Matxitxako y los acantilados de Barrika. Sin duda, es uno de los puntos fuertes de la novela, ya que ha logrado trasladar al papel ese escenario oscuro, sombrío, con fuertes temporales y bandazos de aire intercalado con sirimiri, además de los nombres ese paisaje y ambiente resulta también muy familiar si vives en la zona.

“Me quedé allí inmóvil, escuchando el rumor del mar al batir los pies del acantilado. Miré las estrellas y vi las luces rojas y blancas de un reactor, que surcaba el cielo a miles de metros por encima del mar”.

Los rasgos característicos de esta novela, son los secretos y mentiras, porque mentiras y medias verdades hay varias, y por supuesto también, los secretos del pasado que, como siempre, salen a la luz cuando menos te lo esperas con ese final que la verdad, podría no gustar por poco convincente y forzado.


Me ha sorprendido la confesión que el autor del libro realiza en los agradecimientos, indica que de pequeño era un poco mentiroso, posiblemente fruto de la fantasía que acaparaba su mente desde su infancia y, quizá sea debido a esto que consigue crear unos escenarios muy parecidos con unas tramas muy distintas, siempre llenas de secretos y misterio. 
“Decir la verdad. Siempre dicen que es lo más fácil, pero no estoy de acuerdo. La verdad es lo más difícil de sacarse del alma”.

Si querías leer algo realista te has equivocado de libro. El mentiroso es el típico thriller de suspense, muy entretenido y te mantiene enganchada de principio a fin. Giros constantes y una telaraña-puzle de dudas cuyo final desmerece el rompecabezas, pero aún así es muy recomendable si eres aficionada a este género.

“Luchar está bien… Pero a veces, en la vida, toca resignarse”.

01 noviembre 2020

Mata a tus ídolos: ¿Realidad o mito?


Toni García Ramón es periodista y escritor, ha trabajado para más de un centenar de medios de comunicación de seis países distintos, entre ellos Wall Street Journal, Travel & Leisure, El País, Fotogramas, Icon, Vogue, RAC1, TV3, Esquire, Tapas, La Guía Repsol, El Mundo, Cinemanía o Serializados. Guionista de media docena de especiales para Movistar+ alrededor del universo de las series de televisión y autor de La guía definitiva de los autónomos. Responsable, junto a Oscar Broc del podcast Seriefobia, uno de los más escuchados de España; escogido podcast revelación de 2020 por ITunes. Ha cubierto más de 100 festivales de cine en todo el mundo para diversos medios, entrevistando a centenares de actores, actrices, guionistas y directores.


Toni García recoge en Mata a tus ídolos un compendio de historias, vividas a lo largo de sus más de veinte años de oficio, tiempo en el que ha hecho más de tres mil entrevistas a famosos del celuloide que le han permitido recopilar muchísimas anécdotas, momentos surrealistas, hilarantes, ridículos, tensos que ahora llenan las páginas del libro.

“La tentación de convertir el libro en puro name dropping, un término inglés que retrata esa obsesión milenaria, acrecentada en el imperio de las redes sociales, por soltar nombres sin ton ni son, ha sido una rémora. Me ha sido imposible esquivarla, pero he intentado mantenerla a raya, y que cada sujeto que aparece en estas páginas tenga una razón poderosa para hacerlo”. 

“Qué envidia”, como apasionada del cine y de las letras que soy, no he podido sentir más envidia por el autor. Su profesión, la relación con sus compañeros de trabajo, las oportunidades impagables de ver y escuchar. En fin, un periodista que ejerce como tal, ¿qué más se puede pedir?


Mata a tus ídolos podría parecer una puerta para el escarnio de mitos, pero nada más lejos de eso. En el libro explica sus experiencias con Al Pacino, Tom Hanks, George Clooney, Anthony Hopkins, Harrison Ford o Ben Kingsley, entre muchos otros.
“No hay mejor manera de dejar de adorar a un mito que acercarte a él".
Mata a tus ídolos es a la vez un libro divertido y decepcionante. Divertido porque las vivencias del autor como entrevistador de estrellas de cine y TV durante décadas son claramente entretenidas y se leen de un tirón (es un libro pequeño; unas 175 páginas con letra grande y con un cuadernillo de fotos central). Decepcionante porque da la sensación de que Toni García sólo ha mostrado la punta del iceberg. Es evidente que, tras entrevistar a más de mil actores, los recuerdos que debe conservar dan para mucho más que un puñado de anécdotas, que además por sí solas no creo que retraten fielmente a las personas que se esconden tras los personajes.


También me parece importante destacar que las referencias que se hacen de pasada a integrantes de la fauna que rodea a los festivales de cine (asistentes, publicistas, compañeros de profesión de todo pelaje, frikis diversos) deja claro que esa "trastienda" muy poco conocida es tan interesante o más que los famosos entrevistados, pero tampoco se entra de lleno en ella en el libro, limitándose a echar un vistazo.

«El Pecador» era un chiringuito de bocadillos, situado en el Lido de Venecia. Imperial, magnífico. Buenas hamburguesas, perritos calientes, gran mozzarella, magníficos tomates. El sitio lo había bautizado Davide. Davide era el jefe de seguridad de la Mostra, o eso creo. En la sala de prensa mandaba él, y lo sé con seguridad porque lo vi echar a más de uno de esos idiotas que trabajan para programas satíricos y olvidan que hay líneas rojas. Cuando eso pasaba, Davide se ponía una dentadura falsa y se llevaba al tonto de turno, llamándole «pecador». O más bien, «pecadol». A veces añadía un «jarrl». Sí, Davide era un fanático de Chiquito de la Calzada. Había vivido unos años en España coincidiendo con el boom de Chiquito y cuando volvió a Venecia (de dónde era) había realizado una intensa labor de proselitismo. Todos los amigos de Davide hablaban como Chiquito y eran capaces de imitar sus gestos. [...] Los periodistas de otros países que no respetaban las normas de las ruedas de prensa, eran apodados «pecadores» un día sí y otro también. Un día, un crítico del rotativo británico The Guardian, me preguntó: ``What the fuck is a «pecador»?”.

Para mí, las páginas dedicadas a su infancia cinéfila y cómo se vivía el cine en casa de sus padres son de lo mejor del libro. 
"El verano de 1983, mis padres me compraron un vídeo. En realidad, fue un poco más complicado. Digamos que en el verano de 1983 no dejé de molestar hasta que mis padres me compraron un vídeo. Yo tenía doce años y un apetito voraz por el cine, que había descubierto cuando, un domingo por la mañana, mi abuela me llevó a ver una película de Los Pitufos".

Pero creo que su vida profesional daba para algo mucho más completo y sólido. Le faltan páginas, aunque garantizo que ningún cinéfilo se aburrirá con él, y no podrá evitar soltar auténticas carcajadas al leerlo (por ejemplo, cuando cuenta lo del periodista austríaco y Philip Seymour Hoffman).

“(Contexto: el autor del libro va a hacer una entrevista a Philip Seymour Hoffman por su fabulosa interpretación del fallecido escritor Truman Capote, con un periodista compañero austriaco que le recuerda a un gladiador jubilado).

     - Estoy muy nervioso, yo nunca he hecho esto antes.

Intenté calmarlo con mis mejores frases de autoayuda: «No es para tanto», «Es como ir en bicicleta», «Solo es un ser humano», «En media horita lo dejamos listo», etc. Le digo que podemos preguntar por turnos: una pregunta él, otra yo.

Él no parecía muy convencido de mis argumentos, pero no dio tiempo a más porque la puerta se abrió acto seguido.

Philip Seymour Hoffman estaba sentado a una mesa rectangular de madera, de esas decimonónicas. […]

Le hago una señal al gladiador jubilado austriaco (un día deberíamos hablar de los periodistas austriacos que cubren los festivales de cine, o que los cubrían, quizás los de ahora ya son personas normales) y arranco con mi primera pregunta. El actor responde y cuando acabo le cedo el turno al austriaco. Pero él me indica que no, que siga. Así pasan diez preguntas más, hasta que me canso y le digo que pregunte él qué que ya es hora.

El hombre mira sus papeles, respira hondo y pregunta:

     - ¿Se encontró usted con Truman Capote para preparar el papel?".

El autor es un amante del cine en toda regla y un buen narrador, aunque no se canse de decir lo contrario ni haga el esfuerzo por hacerse el listo o exhibirse con florituras técnicas o enciclopédicas. Algunos de los capítulos los ha recordado con ayuda de amigos o los ha dibujado a trazos, y quizás por eso el libro es tan fácil de leer, porque es muy natural, como si en una noche de pintxos un colega nos contase los gajes del oficio y nos echásemos unas risas con él. Sin más.


Lo leí en un suspiro, es divertidísimo, hacía tiempo que no me reía tanto con un libro, pero me encantaría que hubiera sido más largo y si un día este mismo autor decide explayarse un poco más en otro libro, lo leeré con mucho gusto también. Pero, para ir abriendo boca, disfrutad matando a vuestros ídolos con esta obra.

"Es casi imposible permanecer bajo la lupa y conseguir vencerla. Pocos/as lo han logrado, y los que lo han conseguido son los que nunca se bajarán del pedestal".

01 octubre 2020

El retrato de Dorian Gray: Espejito, espejito


El autor de El retrato de Dorian Gray es conocido por los acontecimientos más sonados de su vida como su encarcelamiento, su homosexualidad o su vida “exagerada”, para muchos. De ahí viene la idea del dandy, es el personaje que vive de su apariencia, de las fiestas. Existían dos Oscar Wilde, por una parte, estaba el que buscaba la vanidad la fiesta, ser reconocido, admirado, simplemente fascinar. Y, por otro lado, alguien que buscaba una voz propia en el mundo de la escritura, que se hacía preguntas absolutamente filosóficas y esta es una de las características principales de la obra.

En el tribunal londinense que lo juzgaba por sodomía, teniendo el Fiscal a la vista su célebre obra El retrato de Dorian Gray: "No hay novelas morales ni inmorales, solo hay novelas bien o mal escritas, eso es todo".

Tiene muchas otras obras como El príncipe feliz, donde se habla de este príncipe que por fuera era perfecto y un ser admirable, pero que por dentro lloraba y tenía una tristeza inmensa, una clara referencia a sí mismo. También en La importancia de llamarse Ernesto se pregunta por el nombre, por la identidad, algo que tiene en común con esta obra.

Detrás de todas las cosas exquisitas hay algo trágico”.

El retrato de Dorian Gray habla del joven Dorian que es muy ingenuo y no es consciente de que su físico representa el ideal de belleza de la época. El pintor, Basil
Hallward

Fuente: https://citas.in/obras/el-retrato-de-dorian-gray-234/?page=2
 Hallward, le está haciendo un retrato y gracias a esa pintura él comienza a tomar conciencia del poder que tiene la belleza física, esto no lo hace solo, lo hace a través de un personaje encantador que es Lord Henry, quien le hará comprender el tesoro que posee el ser humano durante su juventud y con juventud se refiere a su belleza, su fuerza, su ánimo, su ímpetu.

“Haría cualquier cosa para recuperar la juventud, excepto ejercicio, levantarme pronto o ser respetable… ¡Juventud! No hay nada como la juventud”.

Dorian Gray se da cuenta de eso escuchando los discursos de Lord Henrry y dice: “Voy a vivir la vida al máximo, sin límites”. El personaje de Lord Henry se podría decir que es el malvado, pero yo creo que va mucho más allá, él cuestiona la moral. Dorian se convierte en un hedonista, alguien que busca el placer, un personaje que va por la vida disfrutando, pero la pregunta es: ¿qué pasa cuando se vive así y no hay límites, cuando la única regla es el placer?, ¿el ser humano necesita reglas?, ¿necesita de la sociedad?, ¿de su admiración?


Oscar Wilde se encontraba entre el Romanticismo y la Época Victoriana, frente a una moral tradicional, una sociedad muy puritana, pero él todavía tiene ese alma romántica, rebelde y transgresora propia del Romanticismo. El escritor quería romper con este enfrentamiento, con el status quo que marcaba la época y esto está representado en toda su obra.

“La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella".

La obra fue publicada en 1890, a finales de siglo y cuando un escritor es sensible a las reflexiones de su época, estas se ven en su obra. Dorian Gray es un hombre de fin de siglo, es un personaje que no sabe qué va a pasar y reacciona ante lo nuevo, ante la incertidumbre del futuro viviendo en el presente y tratando de romper al máximo con los límites de la época.


La obra comienza con un prefacio (un texto de introducción y de presentación) muy interesante sobre la belleza que es de lo que trata la obra de Oscar Wilde. Todo está cargado de belleza, desde las increíbles descripciones de los paisajes, hasta la descripción física de los personajes, y creo que ese es otro valor añadido.

“Un artista debe crear cosas hermosas, pero sin poner en ellas nada de su propia existencia. Vivimos en una época en la que se trata el arte como si fuese una forma de autobiografía. Hemos perdido el sentido abstracto de la belleza”.

Oscar Wilde sentía una gran fascinación por los griegos e hizo un viaje, cuando su padre murió y le dejó en herencia un dinero que gastó en un viaje a Grecia. por conocer la cultura helenística que luego se ve reflejada en la novela. Es estupendo analizar El retrato de Dorian Gray a través de términos griegos clásicos: la tragedia, el amor fatídico, Eros, Tánatos, la hibris, las Moiras, el destino, la anagnórisis que es cuando el personaje se da cuenta de su verdadera identidad. Con todos estos conceptos, que ahora simplemente nombro, pueden estudiarse en profundidad para entender mejor la obra de Oscar Wilde.


El retrato de Dorian Gray
es una obra con un gran bagaje filosófico y es que Oscar Wilde se hacía preguntas relacionadas con la identidad, con el nombre, con quién soy yo más allá de mi apariencia, cuál es la moral correcta, por qué tengo que seguir la ley, existe Dios, las leyes de la religión son válidas, el autor encontró la fórmula perfecta para plasmar en su literatura toda estas incógnitas. La mayoría de sus obras hablan de él mismo, encontró la originalidad de su creación al hablar de él.

“Un hombre que es dueño de sí mismo pone fin a un pesar tan fácilmente como inventa un placer. No quiero estar a merced de mis emociones. Quiero usarlas, disfrutarlas, dominarlas”.

Es una obra que se disfruta de principio a fin y que te hace cuestionarte muchas cosas. Por ejemplo, el tema de lo efímero, por qué la juventud y la belleza dura tan poco y la gran pregunta: ¿qué es el ser humano más allá de cómo se ve, de cómo se comporta? Dorian Gray va a entrar en un mundo de perversión y de vicios, y es muy interesante recorrer este camino con él. Otra de las preguntas es: ¿qué pasa cuando el ser humano ya lo ha probado todo, ¿qué viene después? El final es sumamente impactante, una obra muy simbólica y recomendable.

“Cualquier cosa se convierte en placer si se hace con suficiente frecuencia”.