01 noviembre 2019

1984: 2+2=5


Me parece que no estoy muy desacertada al decir que 1984 es la mejor novela de Ciencia Ficción de la literatura universal. Escrita por George Orwell, periodista y escritor, su literatura se fundamenta en comentarios y preocupaciones sociopolíticas, siendo sus obras más populares Rebelión En La Granja y 1984



1984 es un libro imprescindible, con una visión del futuro, de los gobiernos y del poder, realmente escalofriante. Totalmente rompedor en su época y todavía hoy produce un impacto enorme. Sobre todo, porque desgraciadamente, reconocemos lo que describe. El peligro de los regímenes totalitarios está muy presente, lo ha estado y me temo que lo seguirá estando. Cualquier tipo de extremismo es peligroso, en cualquier vertiente. No he identificado que hablara de ningún modelo concreto. 
“Lo más característico de la vida moderna no era su crueldad ni su inseguridad, sino sencillamente su vaciedad, su absoluta falta de contenido”.
Los temas de los que habla la novela nos suenan. Me parecen brillantes las ideas que se plantean, como, el doble pensamiento, mantener dos ideas contradictorias al mismo tiempo; la Policía del Pensamiento que vigila y persigue a todo el que no piensa o actúa como quiere el Hermano Mayor, líder absoluto del movimiento (personaje omnipresente en toda la novela); el Ministerio del Amor, que se ocupa del dolor, la desesperación que aniquila a todo disidente; el Ministerio de la Paz que desata la guerra; las máquinas dedicadas a escribir novelas que producen pornografía con la que controlar a las masas, los departamentos que se encargan de reescribir el pasado y eliminar o cambiar radicalmente lo que se había escrito hasta el momento o la creación de un lenguaje nuevo sin apenas palabras que evite los pensamientos complejos. 


Fotograma de la adaptación del clásico de George Orwell por Michael Anderson

Lo mejor es que te invita constantemente a la reflexión. Dicen que la lectura fomenta el pensamiento crítico y 1984 es un claro ejemplo de ello. Como aspecto positivo también es destacable su excelente escritura. Hay partes que me han parecido algo tediosas y otras brillantes, a mi juicio, el final no está a la altura del resto del libro. Si ponemos los pros y los contras en una balanza el resultado es que estamos hablando de una novela excelente, una obra de obligada lectura y que todos deberíamos releer cada cierto tiempo. 




George Orwell opinó algunas veces sobre los temas tratados en 1984, por ejemplo, en una carta a un líder sindicalista estadounidense asegura que su novela no constituye un ataque contra el socialismo o el Partido Laborista inglés. Él quiere describir en su obra las perversiones a las que se ve expuesta una economía centralizada y que ya han sido realizadas parcialmente por el comunismo y el fascismo.
“Hasta que no tomen conciencia no se rebelarán, y sin rebelarse no podrán tomar conciencia”.
Orwell no cree que el género de sociedad que describe vaya a suceder forzosamente, pero lo que sí cree es que puede ocurrir algo parecido. Opina que las ideas totalitarias han echado raíces en los cerebros de los intelectuales en todas partes del mundo y ha intentado llevar estas ideas hasta sus “lógicas consecuencias”. Y gracias a su imaginación y a la belleza de su prosa nos ha regalado una obra increíble.




Me ha parecido un excelente análisis del deseo de poder y control y deja ver la miseria humana, disfrazada de ambición política. Describe una sociedad enferma que trata de justificar los métodos y medios empleados para la alienación de la población con propósitos serviles y esclavistas. Eso nos suena, ¿verdad?
“La ortodoxia equivale a no pensar, a no tener la necesidad de pensar. La ortodoxia es la inconsciencia”.
He leído que la definen como una fábula catastrófica del totalitarismo. ¿Y si no lo es?, ¿puede ser una profecía?, ¿habré caído en la paranoia? Pues si la intención de Orwell era inquietarnos, lo ha conseguido.
“En nuestra sociedad, quienes mejor saben lo que está ocurriendo son también quienes más lejos están de ver el mundo tal como es en realidad. En general, cuanto más saben, más se engañan; cuanto más inteligentes son, menos cuerdos están”.