01 septiembre 2019

Lo salvaje de lo primitivo


Border es una película sueca del cineasta danés de origen iraní Ali Abbasi, este director ya dio que hablar con su anterior película Shelley. Hay que decir que el director contaba con una fuente literaria que ya pasó el examen de la gran pantalla. El guion es una adaptación de un libro de John Ajvide Lindquist, el escritor es también el autor de la obra original que llevó al cine Tomas Alfredson, la famosísima Déjame entrar.

Premiada en el Festival de Cannes en 2018, ha contado con un gran éxito de crítica y público. Algo extraño teniendo en cuenta lo mucho que se aleja del cine habitual. Ya su título Border, frontera o límite en inglés, es un juego de palabras, ya que, la protagonista trabaja como vigilante de pasajeros de un aeropuerto que se disponen a pasar la frontera, pero además de eso, que puede ser lo más evidente, la historia nos muestra cómo los límites se difuminan. Feo, hermoso. Civilizado, primitivo. Salvaje, humano.




La protagonista es Tina, una mujer de aspecto poco desarrollado y algo salvaje, diferente pero no demasiado. Los intérpretes son actores con caras que cumplen con la norma, pero caracterizados de esta forma tan peculiar. Ella tiene habilidades especiales, gracias a su olfato muy desarrollado detecta cuando los pasajeros están nerviosos si esconden algo o tienen miedo. Tina huele la vergüenza, la culpa, la ira, por eso es la mejor en su trabajo. Tiene, además, una muy particular relación con el mundo animal. Algo que nos ofrece momentos llenos de ternura.




Ella necesita estar acompañada y no sentirse sola, por eso convive desde hace años con un hombre que se aprovecha de ella, no sexualmente, ya que, mantener relaciones de forma “normal” (quiero hacer hincapié en las comillas) es algo imposible para ella. Un día, en el aeropuerto en el que trabaja, Tina se topa con un hombre, Vore, de idénticas facciones a las de ella, y parece no poder acceder a sus secretos, su atracción es salvaje e inmediata. Por primera vez, puede disfrutar del sexo y no solo eso, además él le descubre que no es humana sino un troll. De ahí en adelante la historia se complicará, a mí parecer de forma innecesaria.



Border habla sobre el ser diferente, marginal, pertenecer a una minoría. Ella siempre ha sentido discriminación en los otros. No sabe quién es o qué desea y uno de los temas centrales de la película es ese, la búsqueda de una identidad, estigmatizada desde siempre por la apariencia física. Otro tema importante que toca, y creo que, con mucho acierto, es el choque entre lo civilizado y lo primitivo, la naturaleza salvaje y la naturaleza animal del ser humano. El contacto con la naturaleza del personaje principal me hace pensar si como le ocurre a ella, nuestra parte salvaje se ha camuflado para convertirnos en seres civilizados. Hay una escena en la que él come un bicho y ella lo rechaza con asco, cuando en realidad esto le encanta, ¿finge ser “normal”?, ¿lo fingimos todos?



La  escena que mejor refleja el mensaje de la película es cuando corren desnudos por el bosque, la secuencia muestra la libertad en su máxima expresión, algo que me produce mucha envidia. El acelerón final resulta un poco brusco, la trama del robo de niños me ha dejado fría, pero lo que sí me ha llegado con ese final es el deseo de venganza de él. Ella entra en conflicto consigo misma, debe elegir entre quedarse con los suyos o hacer algo que ella considera que no está bien. ¿Toma la decisión adecuada? Elige la bondad, o eso parece. ¿Al final decide movida por el miedo o por su propio instinto?



Border es una obra de ciencia ficción, pero solo utiliza la fantasía como excusa para hablar de lo que nos toca de cerca. ¿Quién puede no sentirse identificada con la protagonista? Sin duda, la recomiendo. Para disfrutarla hay que verla con valentía y los ojos muy abiertos.