01 abril 2022

La tienda de la felicidad: humor y risas



Ficha técnica

Rodrigo Muñoz Avia licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense, se formó como escritor en la Escuela de Letras de Madrid. Es autor de las novelas Vidas terrestresCactus Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos, acogida esta última con notable éxito por los lectores y reeditada en múltiples ocasiones. Recopiló una antología de entradas de su blog personal en el libro El gato de guardia. En el ámbito de la literatura infantil y juvenil ha publicado siete novelas y una obra de teatro, por las que ha obtenido importantes galardones. También ha escrito guiones de cine y diversos artículos y estudios de arte contemporáneo. En este terreno presta especial atención a la obra de sus padres, los pintores Lucio Muñoz y Amalia Avia, a los que dedica La casa de los pintores.


Entrevista Rodrigo Muñoz, escritor/Fuente: YouTube

La tienda de la felicidad es una novela muy divertida, dicen que, probablemente, es la más divertida de 2021. Como protagonista tenemos a un chico que necesita poco para ser feliz, si no feliz, sí sentirse en paz. La novela es una recopilación de correos electrónicos que recibe y envía Carmelo, el protagonista, durante unos meses de su vida. Él es escritor y eso se aprecia en sus e-mails, están escritos con tanto sentido del humor, ironía y un poco de cinismo que reflejan muy bien la personalidad de un hombre muy inteligente, incluso brillante. Aunque, Carmelo, parezca huir de cualquier relación social, él necesita estar en contacto con “personas humanas” a través de su correo para debatir, discutir e incluso enamorarse.

“Tienes que saber que cada día me maravilla más cómo se parecen las palabras libertad y soledad”.

El autor parte de su experiencia con Carrefour Online y de su desesperación con las Gambas Delfín Ultracongeladas, las cuales nunca llegaban ni en cantidad ni en calidad. Empezó a enviarles entonces unos correos muy cínicos que seguro que a quien los leyera en Carrefour no le harían mucha gracia. Así comienza La tienda de la felicidad con Carmelo reclamando varios ingredientes para cocinar su paella que el hipermercado no es capaz de enviarle. La relación con Mari Carmen, encargada de atención al cliente de Carrefour Online, es el germen de una serie de emails con su madre, su hermano, su sobrino, la presidenta de la Comunidad de propietarios e incluso, en su soledad, con el spam.
“Me gustaría coger la Tierra, agitarla fuertemente y que todos los gilipollas, que tanto abundan, salieran despedidos para siempre”.
El autor es la envidia de los escritores de estos últimos años al haber sido capaz de escribir la novela epistolar perfecta. Sólo tengo que ponerle un “pero” a este libro: lo poco que me ha durado en las manos. Y es que el formato tipo carta le da una agilidad tremenda, las páginas vuelan sin que te des cuenta. Además, es que los correos de unos y otros enganchan, cada uno en su estilo. Los de Carmelo siempre son maravillosos, inteligentes e incisivos. Los de su madre me han encantado, es precioso que siga enviándole mails a su madre después de muerta, creo que esa es una de las partes más tiernas de la novela, que no la única. La subtrama de la comunidad de propietarios no tiene desperdicio. Y lo mejor, asistir a cómo va evolucionando la relación Carmelo-Mari Carmen.

“Querida Mari Carmen: Es brillante. Conocer a otro para conocerse a sí mismo. O quizá desconocer a otro para soportar el desconocimiento de uno mismo. En todo caso, que seas capaz de intercambiar correos con un desconocido es un rasgo de tu personalidad que me encanta (aunque tampoco somos tan desconocidos, Carrefour une mucho)”.

Todos nos parecemos a Carmelo, nos vamos a reconocer mucho en él. Carmelo es un personaje muy pintoresco que tiene mucho del autor y de sus familiares y conocidos, con carácter, ironía y sentido del humor, está semiconfinado (de manera voluntaria) y no tiene muchos ánimos para enfrentarse al mundo.


Enganchado a Internet/Fuente: cuantocabron.com

La tienda de la felicidad es una novela fresca, divertida y optimista que nos deparará muchas horas de diversión al límite de la ironía, la mala uva, la tristeza, el amor, el desamor y, sobre todo, el humor, mucho, mucho humor.

“- Sabes lo que yo pienso cuando, como ahora, levanto la cabeza y contemplo el cielo estrellado?

-No, dijo el discípulo.

-Que está todo por escribir, todo por pintar, todo por componer. Nadie que mira al universo puede pensar que está todo dicho”.