01 mayo 2021

Sputnik, mi amor: Solitarios perdidos en el universo

Ficha técnica

Haruki Murakami nació en Kioto pero vivió la mayor parte de su juventud en Kōbe. Estudió literatura y teatro griego. En 1986, gracias al éxito de su novela Norwegian Wood, se fue a vivir a Europa y los Estados Unidos durante unos años; regresó a Japón en 1995. Ha traducido al japonés a varios escritores estadounidenses importantes. Está considerado como el autor japonés vivo más importante, tanto dentro como fuera de Japón.



Haruki Murakami.
 
Fuente: elpais.com 


Entre sus más de 50 obras destacan las siguientes: en 1982 La caza del carnero salvaje, en 1985 El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, en 1987 Tokio blues, en 1992 Al sur de la frontera, al oeste del sol, en 1995 Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, en 1999 Sputnik, mi amor, a la que dedico la entrada de hoy, en 2002 Kafka en la orilla, en 2004 After Dark, en 2009 1Q84. Murakami es un escritor que no suele dejar indiferente a nadie, te puede maravillar o te puede horrorizar.

“Cuando escribes sobre una pequeña habitación llena de humo de tabaco, al leerlo realmente te cuesta respirar”.

Un libro sorprendente, inesperado y asombroso. Murakami hace algo verdaderamente portentoso: te cuenta una historia realmente absurda y la lees sin darte cuenta, pensando que es una historia más o menos racional o lógica... y de repente las situaciones se convierten en descabelladas. Pero sigues leyendo porque el texto te atrapa. Porque en realidad, la historia en sí misma no es importante, lo que importa son los personajes (hábilmente construidos para que, más allá de lo extraordinarios que puedan resultar, sientas que entiendes sus emociones, sus sentimientos y su comportamiento).

“Si de la imperfecta vida humana desaparecieran todas las cosas inútiles, la vida dejaría de ser, incluso, imperfecta”.

Lo que origina el título de la novela es un equívoco que pronto se convierte en una aterradora metáfora de la soledad. Una de las protagonistas del libro confunde la llamada generación Beatnik, palabra que se utilizaba para estereotipar la cultura beat, un grupo de escritores estadounidenses de la década de los cincuenta, así como al fenómeno cultural sobre el cual escribieron. Algunos elementos definitorios son el rechazo a los valores estadounidenses clásicos, el uso de drogas, una gran libertad sexual y el estudio de la filosofía oriental, ella lo llama erróneamente generación Sputnik, cuando la protagonista del libro se enamora locamente de ese personaje pasa a llamarla:  Sputnik, mi amor.



Fragmento de Sputnik, mi amor

La historia se centra en tres personajes perdidos en la inmensa metrópoli de Tokio, tres personas que te hacen reflexionar sobre "lo divino y lo humano", sobre identidades, sobre el amor, el ser, las elecciones personales, la fantasía... Ellos se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido al del satélite ruso Sputnik, donde la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigía su atónita mirada hacia el espacio infinito.



Video Cuento Educativo: El viaje espacial de la Perrita Laika/Fuente: youtube.com 

Aunque la estructura de la novela es muy poco convencional, y tanto la historia como los personajes son extraños, son también profundamente humanos. Puedo suponer que son muy japoneses pero son también universales.

Edición inglesa del libro


Quizá por algunas escenas impactantes y unas reflexiones demoledoras de sus personajes, y quizá también por el retrato que Murakami logra plasmar de la soledad, ésta al igual que otras obras del autor, se ha convertido en una novela de culto. Esta novela tiene una gran capacidad de emocionar, está escrita con habilidad, Murakami domina el mundo de las palabras y logra transmitir en una novela de apenas 250 páginas.

“¿Puedes tú distinguir entre la lluvia que cae y la soledad?”.

Aunque Sputnik, mi amor está cargada de melancolía, sin embargo es enternecedora y esperanzadora. Es una novela cargada de símbolos y metáforas, aunque está escrita con sencillez y maestría y sobre todo con gran capacidad para evocar emociones y sentimientos intensos. ¡Muy recomendable!

“Hacemos cosas que no se pueden traducir en palabras”.