Aviso desde ya: Verbo no ha recibido buenas críticas. Espero que a pesar de esto continuéis leyendo.
El director pone toda la carne en el asador y se arriesga con un
guion diferente. Una historia y una estética que recuerda a Matrix, pero con
acento madrileño. Algo que nunca había visto en una película española y que no
he vuelto a ver.
Con el suicidio de adolescentes como uno de los temas
principales, Verbo
narra la experiencia de una chica de 15 años asqueada y harta de todo porque no
le gusta nada su día a día, ni sus padres, colegio, amigos. Vamos, una
adolescente normal y corriente.
La protagonista es Alba García, que nunca antes había
trabajado como actriz. El director cuenta que de hecho, ella no se presentó al
casting sino que acudió para acompañar a su hermana pequeña. El director, sin
embargo, la vio y pensó: "La encontré". ¿Estas historias que siempre
se cuentan tendrán algo de verdad o son
solo ideas románticas que en realidad nunca suceden?
A la hora de explicar la película, Chapero-Jackson
confiesa que él mismo fue un adolescente con muchas dudas: ¿quién soy?, ¿de qué
va el mundo?, ¿por qué me hacen estudiar esto en el colegio? Todas esas
preguntas, que, en su día, llegaron a saturarle, las ha plasmado en modo de
fábula en Verbo.
Eduardo Chapero-Jackson (Madrid, 1971) deslumbró con
cortos como Alumbramiento, Contracuerpo y The end. Quizá por eso, porque las
expectativas estaban muy altas, igual demasiado, no ha sido bien valorada. El
público no esperaba tanto de Matrix en ella, tampoco
de rap y del mundo del graffiti. Los actores recitan en verso y El Quijote está presente en varias
escenas. Acabas pensando: WTF?
Una forma muy inteligente de preparar al público ante lo que se va
a encontrar se produce cuando el personaje principal lee “Don Quijote de la
Mancha”, lo asemeja a ella y al conocer ya la novela de Miguel de Cervantes, predispone
al espectador a esperar que la heroína viva muchas aventuras inverosímiles,
situándonos en la historia y dejando claro su tema principal: la aventura de
una chica normal que acabará transformándose en una heroína.
Su mundo ordinario entra en contraste con el nuevo mundo en el que
se adentra y esta contradicción se ve realzada por el color oscuro y tenebroso
de las escenas y porque todo lo que los personajes dicen parece rimar y todo
suena muy melodioso en este mundo especial.
Como ocurre en la vida, se dará cuenta de que su mayor enemiga es
ella misma y deberá superar sus miedos para tomar la decisión correcta y no
terminar acabando con su vida. Esto me parece lo más interesante de la
historia, no lucha contra personas malvadas sino que su pelea es con ella misma.
Una cosa está clara: Verbo es un filme peculiar,
diferente y arriesgado.
Que cada cual haga su interpretación de esos tres adjetivos.