01 enero 2025

Mil millones de años hasta el fin del mundo: un manuscrito hallado en extrañas circunstancias


Ficha técnica

Empezaré diciendo que leer buena literatura, aunque el país de origen del autor tome decisiones políticas muy cuestionable, debería ser lo primero.


Libros/Fuente: juliollamasrodriguez.blogspot.com

Arkadi y Boris Strugatski fueron dos autores de ciencia ficción de la Unión Soviética que colaboraron en la mayor parte de sus carreras literarias.


Arkadi y Borís Strugatski/Fuente: edicionesgigamesh.com

Arkadi nació en 1925 en Batumi (Georgia), hijo de un crítico de arte y una maestra. Su familia se instaló en Leningrado (la actual San Petersburgo) cuando él era niño.


Arkadi Strugatski/Fuente: edicionesgigamesh.com

En Moscú empezó a colaborar en revistas y editoriales soviéticas. Fue entonces cuando comenzó su carrera literaria, que se desarrollaría habitualmente a cuatro manos con su hermano Borís. Arkadi falleció en Moscú en 1991.


Hermanos Strugatski/Fuente: shedevrum.ai

Borís nació en 1931 en Leningrado. La salud endeble de Borís lo obligó a quedarse en la ciudad de San Petersburgo junto a su madre. Boris falleció en el año 2012.


Borís Strugatski/Fuente: edicionesgigamesh.com

Entre 1985 y 1992, los hermanos Strugatski fueron víctimas de una campaña de desprestigio y hostilidad lanzada por grupos fundamentalistas de la Iglesia ortodoxa rusa.


Cruz ortodoxa rusa/Fuente: es.wikipedia.org

Su obra más famosa, Pícnic extraterrestre, fue llevada al cine con el título de Stalker. También su novela Qué difícil es ser Dios tuvo su versión cinematográfica, bajo el título El poder de un Dios.


Trailer de Stalker/Fuente: YouTube

Mil millones de años hasta el fin del mundo puede considerarse una comedia y sabemos que este género puede servir para transmitir crítica al sistema y quizá esta novela podría haber pasado la censura en caso de ser eliminadas las últimas veinte páginas.


Las peripecias de los intelectuales que desafiaron a los censores soviéticos/Fuente: www.bbc.com

Es una novela que se desenvuelve en dos o tres escenarios y que evoca la atmósfera de una obra de teatro. Un salón, una cocina, unas escaleras y un pasillo convertidos en testigos de una pesadilla. Todo ello envuelto en un aire de misterio, empezando por los extractos de lo que parece ser un manuscrito.

“Un manuscrito hallado en extrañas circunstancias”.

El planteamiento inicial es bastante simple: una serie de grandes científicos soviéticos empiezan a sufrir extraños percances que les impiden realizar su trabajo. Estos sucesos pueden ser la visita de sorprendentes mujeres, de ridículos policías, continuas llamadas telefónicas o hechos disparatados. Cuando varios de ellos se dan cuenta de que sufren el mismo problema, empiezan a debatir sobre quién puede estar causándoles tantas molestias. Entre sus desbocadas imaginaciones y una ingesta de alcohol continua, las teorías cada vez alcanzan mayor absurdo.

“¿Cómo pretendes explicar acontecimientos fantásticos sin recurrir a hipótesis fantásticas?”

Quizá echo en falta un pequeño prólogo para dar mayor contexto al lector que, en general, no tiene por qué conocer a autores como estos que siempre han pasado desapercibidos en España.


Prólogo/Fuente: www.agujaliteraria.com

Y no deja de ser sorprendente que Mil millones de años hasta el fin del mundo lograra publicarse en la URSS, a pesar de la represión literaria. Eso sí, en versión censurada. Hubo que esperar décadas para disfrutar del texto completo, sin censura, tal y como lo concibieron los hermanos Strugatski.
“La razón se destruye a sí misma en el curso de las guerras nucleares”.
El estilo narrativo de los hermanos Strugatski se caracteriza por una mezcla de rigor intelectual y humor negro. La historia transita con fluidez entre discusiones científicas, excesos alcohólicos, situaciones absurdas y diálogos delirantes.

“De la absurda noche anterior le había quedado únicamente un ligero zumbido en la cabeza, un regusto metálico en la boca [..]”

El tono general durante casi toda la novela es amable, con multitud de diálogos, párrafos de corta extensión y ágiles conversaciones que muchas veces derivan en alguna teoría trasnochada.

“Si es el Universo, hay que rendirse, mientras que, si son alienígenas, ¿hay que luchar?”

La historia está ambientada en el Leningrado de los años setenta, y por tanto, al tratarse de una obra producida bajo el régimen soviético, no es difícil encontrar lo que se podría entender como una sutil crítica de la época que les tocó vivir a los hermanos Strugatski.

“Pensaba que debía sentirme como un soldado al que dejan con una ametralladora para cubrir la retirada de sus camaradas”.

La lucha de los protagonistas para llevar a cabo sus investigaciones, sortear los contratiempos y enfrentarse a sinsentidos, reflejaría los retos a los que se enfrentaban los intelectuales y científicos bajo el régimen soviético.

“En mil millones de años hay tiempo para hacer muchas cosas, muchísimas cosas, si no nos rendimos y somos conscientes, si somos conscientes y no nos rendimos”.

¿Se puede hacer ciencia ficción de calidad, sin grandes aspavientos narrativos y sin salir de un bloque de pisos? Los hermanos Strugatski demuestran que es posible en Mil millones de años hasta el fin del mundo.

“No conviene precipitarse. Aún quedan mil millones de años hasta el fin del mundo”.

 

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