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Ficha técnica |
José Carlos Somoza, escritor español nacido en La Habana en 1959, es psiquiatra y vive en Madrid. En 1960 tuvo que exiliarse junto a su familia por motivos políticos. Es autor de las novelas Silencio de Blanca, Clara y la penumbra, de la que hablaré a continuación, La dama número trece, Estudio en negro y El signo de los diez, entre otras. También es autor de cuentos y teatro radiofónico y escénico.
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José Carlos Somoza/Fuente: www.planetadelibros.com |
Al comenzar a leer nos sentiremos algo desconcertados ante la singularidad de la trama y la situación que se nos presenta. Quizá suene absurdo o confuso a simple vista y no se comprenda.
“Absurdo, y por lo tanto correcto”.Probablemente estemos ante la mejor novela de ciencia ficción especulativa que se ha escrito en España y una de las más importantes escrita en los últimos años, según la crítica. En Clara y la penumbra se nos muestra una sociedad que ha llevado muy lejos el concepto de arte: ya no hay lienzos ni esculturas, sino seres humanos que trabajan como tales, y a los que ni siquiera se considera personas. Son considerados como meros objetos, muy valiosos, eso sí. Dicha corriente se conoce con el nombre de pintura hiperdramática (HD), la cual ha sustituido por completo al arte que conocíamos. En la obra veréis cómo se pone a punto a las personas que trabajan como lienzo.
”[...] despojar al modelo de su condición de persona, sus convicciones, su estabilidad emocional, su firmeza, arrebatarle la dignidad para transformarlo en una cosa con la que poder hacer arte”.En la historia, el horrible asesinato de un cuadro-chica joven, pone de manifiesto el entramado económico-sociológico-político del nuevo arte. La presencia del maestro, el genio Bruno Van Tysch, es muy importante. La obra explora la relación tan singular que se crea entre artista y obra de arte.
Cómo escribir novelas de misterio con José Carlos Somoza/Fuente: YouTube
Podcast de CCCContes en Casa 2 con José Carlos Somoza/Fuente: www.ivoox.com
Lleva el horror a escalas que no tienen nada que ver con lo que estamos acostumbrados. La absoluta falta de compasión y de humanidad de los miembros de la fundación encargada de las exposiciones provoca una mezcla de náuseas y escalofríos y es que para ellos, los crímenes que se produces contra las obras-personas son gravísimos y deben impedirse a toda costa, pero no para salvar vidas, sino para asegurar la continuidad de las exposiciones en curso.
“Lo que ustedes consideran un asesinato, nosotros lo consideramos un grave atentado contra una de nuestras obras”.Esta deshumanización es un concepto muy presente en la historia, ya no solo a nivel de las obras de arte, sino a la del resto de personajes, cuya frialdad se hace escalofriante. Lo curioso es que en el mundo del arte hiperdramático no solo hay lienzos, sino también los considerados muebles o adornos: seres humanos que trabajan como sofás, mesas, lámparas, ceniceros… en fin, prácticamente todo lo que puede considerarse parte del mobiliario de una casa u oficina.
“Debemos destruir al ser humano para crear la obra”.Clara y la penumbra podrá gustaros más o menos, pero si lees entre líneas te das cuenta de que el autor, realiza una dura crítica a una sociedad cada vez más deshumanizada y absurda, para la cual incluso los seres humanos han dejado de ser considerados como tales en aras de algo supuestamente más grande como es el arte en estado puro. Aunque en realidad todo es por dinero, ni más, ni menos.
“[...] Van Tysch, el grande entre los grandes, tenía razón al afirmar que el arte no era otra cosa que dinero”.Es una novela muy recomendable, pese a los horribles conceptos que nos introduce, o quizá precisamente gracias a ellos. No solemos darle una oportunidad a la ciencia ficción española, pero en este caso merece la pena.
“Le atemorizaba más enfrentarse a una decepción que a un peligro”.


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