De la
primera temporada de Black Mirror me quedo con el tercer capítulo, se titula: Toda tu historia.
Toda tu historia imagina un futuro cercano
en el que todos usan implantes que graban todo lo que ven, lo que les permite
reproducir eventos y compartir recuerdos con los demás.
Solo que
esto es Black Mirror, así que por supuesto se vuelve oscuro y tenebroso. No
creo que la vida real sea tan terrorífica, al final el problema somos nosotros
y lo que hacemos con ella, por eso me gustan tanto los personajes de esta serie.
Porque todos están rotos.
Toda tu historia habla de un hombre que
sospecha que su pareja le está engañando, por lo que comienza a obsesionarse
con cada detalle de su memoria grabada. ¿Se vuelve celoso e inseguro o él ya
era así? ¿En qué nos convierte el control?
Es como si
su cerebro fuera un disco duro y pudiera descargar cualquier archivo de su
memoria. De esta manera puede remover su pasado y volver una y otra vez hacia
atrás. No puede ni quiere olvidar nada. A no ser que estés más limpito que los
chorros del oro, esto se puede volver desquiciante y eso es lo que ocurre en Toda tu historia.
El
protagonista empieza a caer en la paranoia y en la obsesión entrando en una
espiral cada vez más peligrosa. Se queda anclado en algo que ya no va a poder
cambiar.
¿Por qué
nos gustará tanto torturarnos?
Parece que
nos gusta recrearnos en nuestras miserias, a veces para aprender e intentar no
volver a caer en los mismos errores. ¿A alguien le funciona esto? ¿Soy la única
torpe que tropieza un millón de veces con la misma piedra?
Otras veces
para arrepentirnos “Dios, ¿pero por qué habré tenido que decir eso?”. Y
entonces es cuando algunos nos autocastigamos. ¿Por qué? Pues porque nos mola,
no tiene mucho misterio. O puede ocurrir todo lo contrario, puedes encontrar
motivos para regocijarte y pensar: “Vaya, soy un regalo caído del cielo”.
Y otras
veces el motivo de querer recordar aquello que dijimos y la manera en la que lo
dijimos es porque nos encanta llevar la razón y sobre todo poder demostrarlo a
los demás. ¿Ves como yo llevaba razón y tú estabas en un error?
Puede que
te guste revolcarte en el placer de tiempos pasados. Lo malo de que pienses que
cualquier tiempo pasado fue mejor es que el ahora no lo es y será difícil que
lo sea mientras sigamos atascados. Si alguien sabe cómo se tira pa’lante, soy
toda oídos.
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