17 junio 2018

Primera temporada, la prisión del recuerdo



De la primera temporada de Black Mirror me quedo con el tercer capítulo, se titula: Toda tu historia.



Toda tu historia imagina un futuro cercano en el que todos usan implantes que graban todo lo que ven, lo que les permite reproducir eventos y compartir recuerdos con los demás.
Solo que esto es Black Mirror, así que por supuesto se vuelve oscuro y tenebroso. No creo que la vida real sea tan terrorífica, al final el problema somos nosotros y lo que hacemos con ella, por eso me gustan tanto los personajes de esta serie. Porque todos están rotos.

Toda tu historia habla de un hombre que sospecha que su pareja le está engañando, por lo que comienza a obsesionarse con cada detalle de su memoria grabada. ¿Se vuelve celoso e inseguro o él ya era así? ¿En qué nos convierte el control?

Es como si su cerebro fuera un disco duro y pudiera descargar cualquier archivo de su memoria. De esta manera puede remover su pasado y volver una y otra vez hacia atrás. No puede ni quiere olvidar nada. A no ser que estés más limpito que los chorros del oro, esto se puede volver desquiciante y eso es lo que ocurre en Toda tu historia

El protagonista empieza a caer en la paranoia y en la obsesión entrando en una espiral cada vez más peligrosa. Se queda anclado en algo que ya no va a poder cambiar.

¿Por qué nos gustará tanto torturarnos?

Parece que nos gusta recrearnos en nuestras miserias, a veces para aprender e intentar no volver a caer en los mismos errores. ¿A alguien le funciona esto? ¿Soy la única torpe que tropieza un millón de veces con la misma piedra?

Otras veces para arrepentirnos “Dios, ¿pero por qué habré tenido que decir eso?”. Y entonces es cuando algunos nos autocastigamos. ¿Por qué? Pues porque nos mola, no tiene mucho misterio. O puede ocurrir todo lo contrario, puedes encontrar motivos para regocijarte y pensar: “Vaya, soy un regalo caído del cielo”.

Y otras veces el motivo de querer recordar aquello que dijimos y la manera en la que lo dijimos es porque nos encanta llevar la razón y sobre todo poder demostrarlo a los demás. ¿Ves como yo llevaba razón y tú estabas en un error?

Puede que te guste revolcarte en el placer de tiempos pasados. Lo malo de que pienses que cualquier tiempo pasado fue mejor es que el ahora no lo es y será difícil que lo sea mientras sigamos atascados. Si alguien sabe cómo se tira pa’lante, soy toda oídos.


Si algo me queda claro con este capítulo es que lo único que quiero tener es el ahora. Lo que veo, lo que huelo, lo que percibo, lo que me hace vibrar.

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