Empezaré contándoos lo que os podéis encontrar en Black Mirror. Se
trata de una serie de ciencia ficción que explora un futuro próximo y muy
inquietante, donde las grandes innovaciones tecnológicas conseguidas por la
raza humana chocan con nuestros peores instintos.
Su creador y guionista es Charlie Brooker, a veces creo que se deja
llevar demasiado por el pesimismo y que roza la paranoia, y en otras ocasiones
pienso que esa visión tan auto destructiva del ser humano está totalmente
justificada. Total, que estoy hecha un lío, me encanta, me desencanta.
Creo que sería mucho mejor si Brooker no se empeñara en explicarlo
todo y nos dejara a nosotros sacar nuestras propias conclusiones. He leído
sobre él cosas como que el mensaje que transmite en esta serie es propio de un
telepredicador yankee alarmista y moralizante. A pesar de los pesares, me gusta mucho esta
serie y me encantaría comentarla con vosotros y vosotras.
Uno de los motivos por el que os voy a recomendar algún capítulo de
esta serie es que son como mini películas. Historias con punto y final en más o
menos una hora. Estos capítulos no tienen relación unos
con otros, no comparten personajes ni argumento. A veces es un poco pesado
seguir una serie, sobre todo si tiene éxito. En estos casos suelen alargarlas
innecesariamente, lían tanto las historias que su esencia original se acaba
perdiendo.
Otro de estos motivos es la idea tan original de unir el avance
tecnológico con las emociones humanas. Parece muy claro lo que va muy por
delante, es como si el ser humano se hubiera quedado estancado y nos ganasen. Esto
es lo que parece, pero simplemente creo que el ser humano ya no puede
evolucionar más. Siempre vamos a querer lo mismo, estemos donde estemos y
cuando estemos.
Cada capítulo resulta abrumador y piensas que es inmejorable, pero se
me ocurre un capítulo perfecto para Black Mirror. El tema principal sería la
alienación provocada por servicios web que nos incitan a tirarnos en el sofá y
estar durante horas viendo películas y series sin parar a precios muy
asequibles, mientras desatendemos el resto de nuestros deberes, tareas y
relaciones. ¿Os suena de algo? Estaría genial, pero ah no, espera, que esta
serie es de Netflix. Con la Iglesia hemos topado.
Como el título de la serie de ciencia ficción de los años 60: “Mañana puedeser verdad”, realmente creo, si no nos cargamos antes el planeta, que esto
puede llegar a ocurrir. En ocasiones pienso que se está exagerando y que no es
posible que lleguemos a ese punto. Aunque el otro día leí un artículo que decía
que en una escuela de China se habían instalado cámaras de reconocimiento
facial, para garantizar que los alumnos atienden al profesor y están
concentrados. Eso me hace pensar que Black Mirror ya está aquí.
Ha habido cuatro temporadas de esta serie. En próximas entradas hablaré
de mis capítulos favoritos de cada una de ellas.
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