Ficha técnica |
Marta Domínguez Riezu, la autora de Agua y jabón, nació en una Terrassa todavía
industrial. Sus fuentes de ingresos provienen del cine, la música, la moda y la
televisión, porque según dice de la literatura no espera mucho. Ha escrito artículos
culturales para El País, El Mundo, La Vanguardia, Telva,
Vogue, Purple, Apartamento o Vanity Fair. Vive en
Barcelona y lleva la vida anticuada y tranquila que siempre soñó. En Anagrama
ha publicado La moda justa y el libro de reflexiones, Agua y jabón, al que dedico la entrada
de este mes.
Marta D. Riezu/Fotografía © Nacho Alegre |
En el libro hay muchas referencias a artistas de todo tipo, pintores, escritores, arquitectos, músicos, y casi ninguno, por no decir ninguno, me suena. Y claro, cualquiera con una mente curiosa lo primero que hace es googlear todo lo que no conoce y así es cómo se hacen descubrimientos que en realidad llevan miles de años en el mundo (redondo). Riezu se declara maniática, entre otras cosas, y dice de estos que no soportan no comprenderlo absolutamente todo y ese es el caso de los googleadores, solo es un gran deseo de conocimiento que a golpe de click se puede satisfacer.
“La curiosidad te salva de morirte de asco”.Clasificarlo resulta complejo; entre el manual, el ensayo y las memorias, poco tiene que ver con un estudio sobre la moda, o quizás es que para hablar de moda (y de elegancia involuntaria) la autora no pueda pasar por alto -entre muchísimos otros ejemplos- la pintura de Poussin, la literatura de Josep Pla, la música electrónica del Sónar, la arquitectura de Ronchamp (Francia) o el cine de Val del Omar.
"La elegancia involuntaria no tiene que ver con la moda, ni con el dinero, ni con lo bonito. La asocio a la alegría discreta, al gesto generoso, a la persona que aporta y apacigua. Está siempre cerca del silencio, el bien común, la paciencia, la naturaleza, la voluntad de construir y conservar".
Giardinetto Sessions con Marta D. Riezu/Fuente: YouTube
"Es más fácil florecer si uno se rodea de personas brillantes e inflexibles, personas con las que no hay más remedio que intentar igualar su ritmo. El listo bajo solo, sin darse uno cuenta, como los calcetines malos”.
“Cada pocas semanas hay que revisar el propio trabajo con un látigo».
Y como guinda del pastel, al final del libro encontrarás un suplemento de afinidades en forma de diccionario. Mi definición favorita ha sido esta:
"Arte. Lo que te llena. Lo explica de maravilla Guillermo Pérez Villalta. «Si cuando uno está ante una obra de arte no tiene un subidón, aquello no funciona. Hay que tener un subidón. Alegría, emoción, sensación de vida»".
La autora parte de una célebre anécdota, cuando preguntaron a Cecil Beaton qué es la elegancia y este respondió: "agua y jabón". A partir de aquí, nos adentramos en un compendio de reflexiones, ocurrencias, anécdotas personales y referencias culturales que harán que no dejemos de sonreír y asentir con la cabeza.
"Lo mejor es vestirse en soledad, sin imponer a nadie la visión horripilante de las piernas con calcetines".
Pero claro, como casi todo en la vida, también hay partes en las que flojea. En el tramo final, la sencillez, de la que Riezu hacía gala, da paso a algo muy pijo y un poco irritante. En la siguiente cita no sé de qué habla, aunque confieso que me encantaría conocer todas estas marcas que ni me suenan:
Por lo que he investigado, quien quiera leer Agua y jabón, no lo va a tener fácil. Terranova, la editorial que lo publicó en su origen, no reimprime, “contraviniendo cualquier lógica empresarial (ese es su encanto), apuestan por alguien, y luego por otro, y más adelante otro. No se estancan en ninguna obra”, aclara Riezu en su cuenta de Instagram. Yo, por ejemplo, lo tuve que conseguir en Amazon y ha valido la pena la intensa búsqueda del libro (parecía Gollum cuando por fin lo tuve entre mis manos).
"Te encaprichas de una gabardina Mackintosh, y ya has empujado la primera ficha del dominó. Vas a necesitar a juego un jersey de Drake´s, unos pantalones Acne, unos derbies de J. M. Weston, una mochila de The Row, por qué no unas Persol ya que estamos…".
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