En primer lugar, antes de realizar cualquier tipo de instalación es importante saber qué tecnología es necesaria implantar en un edificio. Por eso, es muy importante que un equipo profesional realice un concienzudo análisis de las posibilidades de accesibilidad en los distintos lugares de la casa. “Debemos tratar de conocer todos los productos de domótica que podrían sernos de ayuda en nuestra vida diaria”, explica Eva, interesada en esta tecnología para su hogar.
“Un mecanismo que abre la puerta de la calle, la puerta del piso, sube y baja persianas; lo mismo hace con las cortinas, detecta movimientos, sube y baja los armarios de la cocina, tanto los altos, como la encimera, una alarma para mantenernos comunicadas, con sólo apretar un botón”, contó una ilusionada Eva.
Además de la instalación de la domótica también estaría interesada en el uso de otros productos de apoyo: “Una grúa de techo que iría de la cama, al inodoro, y a la silla de baño, cubriría nuestras necesidades actuales y futuras que van encaminadas a poder hacer las trasferencias de la forma más sencilla posible”, dice Eva.
Con el deseo de mejorar su calidad de vida y lograr realizar con mayor seguridad las tareas cotidianas que de otra manera conllevan gran esfuerzo a una persona con discapacidad.
Los principales problemas con los que muchas personas, que no grandes instituciones, se topan a la hora de iniciar la adaptación de sus viviendas particulares no son solo su elevado coste, sino también las trabas que muchos van encontrando por el camino y que pueden derrotar el espíritu más aguerrido. Por ejemplo el escaso compromiso por parte de algunas empresas constructoras, que no de todas, a la hora de ejecutar las obras necesarias para adaptar el nuevo hogar. La dificultad para conseguir ayudas y su lenta burocracia, las reticencias de las comunidades de vecinos para realizar estas instalaciones.
La importancia de la domótica es una realidad palpable en la sociedad. Se precisa que los instaladores, constructores, proyectistas, ingenieros, arquitectos y diseñadores adquieran una rápida familiarización con las posibilidades de los nuevos dispositivos de ayuda a las personas con discapacidad.
La aplicación de la inteligencia artificial en la vida cotidiana de una persona con discapacidad tiene un gran potencial. El desarrollo de sistemas inteligentes facilitará la vida, no sólo para personas con discapacidad o ancianos, sino a todo el conjunto de la sociedad.
La necesidad de inventar, de crear, de adaptarse a las nuevas realidades, tarde o temprano se convertirá en una responsabilidad de todos.
George Bernard Shaw, el premio Nobel de literatura, dijo: “El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues, el progreso depende del irrazonable”.
Irracionales, locos, excéntricos…
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